Para el próximo mes de octubre está prevista la inauguración de la línea férrea de alta velocidad entre Pekín y Shanghai, la denominada Línea "Jinghu", que con 1.317 kilometros será no sólo la más larga del mundo, sino posiblemente la más rápida.
Está diseñada para alcanzar velocidades máximas de 380 km/h y reducirá el tiempo de viaje entre las dos ciudades más importantes del coloso asiático desde las nueve horas y cincuenta minutos actuales a cuatro horas y cuarto, a una velocidad promedio de 310 km/h. en los trenes sin paradas.
La "Jinghu" partirá desde la estación de Pekín Sur, el mayor edificio ferroviario de toda Asia, para llegar a la nueva estación de Shanghai Hongqiao.
En la actualidad, la línea con más alta velocidad promedio del mundo es la de Guangzhou (Cantón - Wuhan), también en China, que tiene 967 km de longitud y en la que el mejor tiempo es de tres horas y quince minutos a una media de 296 km/h.
Aproximadamente cerca de un 25 por ciento de la población china (1.306 millones de habitantes) se concentra a lo largo del corredor Pekín- Shanghai, por lo que la línea de ferrocarril convencional que une ambas ciudades tiene casi el 11 por ciento del total de tráfico de viajeros de los ferrocarriles chinos y el 7,5 por ciento del tráfico de mercancías. La gran descongestión en el tráfico de viajeros de la nueva línea de alta velocidad permitirá aumentar considerablemente las circulaciones de trenes de carga. Este es un tema crucial en los ferrocarriles chinos, al borde de la saturación especialmente por el gigantesco tráfico de carbón, a pesar de las enormes inversiones en material de tracción, por ejemplo seiscientas locomotoras diésel de 6.000 CV, vagones de cien toneladas e infraestructuras renovadas.
El coste total de la nueva línea Pekín- Shanghai asciende a unos 24.000 millones de euros, interviniendo en su construcción en los períodos más álgidos de la construcción 110.000 trabajadores. A lo largo de los 1.317 kilómetros se han construido 244 puentes, lo que supone el 80,5 por ciento de la longitud de la línea, que ha de atravesar los dos mayor ríos de China, el Yangtze y el Hoangho.
La línea cuenta con veintidós túneles, con diecisiete kilómetros de longitud total, cifra poco significativa respecto a la enorme de los puentes y viaductos. De estos últimos existe un tramo entre Danyang y Kunshan de 164 kilómetros de longitud, tramo elevado, parte puente y parte sobre pilotes y otros basamentos.
La vía, al igual que casi todas las líneas chinas de alta velocidad, está construida sobre placa de hormigón en lugar de apoyo sobre balasto, de construcción mucho más costosa que la convencional de balasto, pero que según la opinión de los responsables de los ferrocarriles chinos resulta de mantenimiento mucho más fácil y permite una fijación más precisa de la vía, evitando los problemas derivados del levantamiento del balasto a velocidades superiores a 315 ó 320 km/h.





